miércoles, 19 de septiembre de 2007

La costumbre y ruedas olorosas

Hoy me tocaba cambiar las ruedas. Todos hemos oído que nos vamos acostumbrando progresivamente al desgaste de los amortiguadores y no notamos ningún cambio ya que se produce poco a poco, pero si que existe diferencia, y mucha, entre unos amortiguadores nuevos y unos gastados.

Pues con las ruedas me ha ocurrido algo parecido. Tenía unas ruedas, que aunque yo consideraba más o menos gastadas, pero en buen estado, resulta que producían unas vibraciones en el coche a las que ya me había acostumbrado y consideraba normales. Ha sido poner las nuevas ruedas, salir del taller, y a menos de 30km/h ya notaba una diferencia abismal. Menudo silencio... Pensaba que el cambio de ruedas era un gasto que me iba a proporcionar la seguridad de llevar unas buenas ruedas en buen estado, pero no sólo ha sido eso, sino que casi parece que voy en otro coche.

Simplemente quería comentar lo engañoso que resultan el cambio de ciertos parámetros cuando se producen poco a poco, creemos que nuestro coche no cambia, pero si lo comparamos con como era hace 5 años, notaríamos bastantes diferencias en frenos, embrague, sonoridad, amortiguadores, calidad de rodadura...

Como curiosidad, en el taller, tenían unas ruedas olorosas especiales con fragancia a lavanda. Eran de la marca Kumho, y las hay con olor a naranja, jazmín y lavanda. Dicen que son ideales para garajes cerrados, ya que genera un olor agradable en el ambiente mientras el coche descansa.

No hay comentarios: